Estas tierras, situadas en el centro de la provincia de Badajoz, en el corazón de la Comarca de Tierra de Barros, fueron ya desde la antigüedad codiciadas por nuestros antepasados, quienes supieron augurar los beneficios de estos fértiles campos. Un lugar estratégico desde el punto de vista geográfico y productivo en cuanto a calidad de la tierra que, además, ha sido testigo de numerosos asentamientos. Griegos, visigodos, y romanos yacen hoy bajo nuestras cepas y olivos, dejando como prueba indiscutible de ello la distancia de apenas 12 Km que nos separan de la ciudad de Mérida, a la que el Emperador Augusto otorgó el galardón de capital del Imperio Romano.