Normalmente lo elevan a la categoría del metal más preciado, pero su rango está más allá: El Aceite de Oliva Virgen Extra es una esmeralda con vocación de diamante. La diferencia está en que esta joya no la vas a lucir en ninguna parte de tu cuerpo, sino que va a formar parte de ti, porque el zumo natural de la aceituna, fruto de un proceso mecánico de molturación, conserva todas sus propiedades organolépticas y nutritivas, constituyendo una fuente natural de sustancias antioxidantes beneficiosas para la salud. Y es que cuando algo contribuye a afianzar el mayor patrimonio del ser humano, como es la vida, se transforma en excelencia. Eso es, precisamente, lo que acreditados estudios científicos concluyen: El Aceite de Oliva Virgen Extra es un probado alimento que, al tiempo que actúa como barrera preventiva de determinadas dolencias cardiovasculares, retarda el envejecimiento de las células por su alto contenido en sustancias antioxidantes y polifenoles. Sin ser el ansiado elixir de la eterna juventud, es indudable que hace su aportación.